Introducción a las Flores de Bach

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Quien es el Dr. Edward Bach

Nació el 24 de septiembre del 1886 en Mosley, un pueblo cerca de Birmingham en Warwickshire, Inglaterra, aunque su familia era galés. Su amor por la naturaleza y su compasión para los angustiados se mostraron precozmente. Tanto era su deseo de ayudar los que sufrían que ya muy joven decidió ser médico, y desde siempre pensó en desarrollar una sencilla manera para curar todas las enfermedades. Después la escuela, trabajó en la administración de la fundición de latón de su padre por 3 años para poder pagar sus estudios en la Universidad. Durante esos años el aprendió mucho cerca de los problemas mentales que podían sufrir los que trabajaban. Por ejemplo, se enteró de que sus colegas sufrían mucho en sus mentes para el miedo de enfermarse. Además, era muy claro en su mente que si no estaban haciendo un trabajo que les gustaba, los trabajadores se enfermaban. El también no estaba muy feliz de trabajar en la oficina de su padre, y por eso se fue.

Siguió sus estudios, primero en la Universidad de Birmingham y luego en la University College Hospital en Londres donde logró graduarse cuando corría el año 1912. Por su falta de salud no luchó en la Primera Guerra Mundial, pero se encargó de ayudar a los heridos. En 1917 sufrió por una severa hemorragia, y aunque los cirujanos que le operaron dijeron que sólo le quedaban tres meses de vida, el volvió a su trabajo y sus investigaciones con la idea que quería dejar una contribución a la medicina antes de morir. Pero, con el pasar de los meses se iba sintiendo cada vez más fuerte y llegó a la conclusión que todo lo debía a la felicidad que su trabajo le regalaba. Para Bach la creencia que el estado mental podía tener un efecto directo y muy poderoso sobre la salud física se confirmó con la experiencia y cuando descubrió los escritos de Hahnemann sobre la homeopatía comprendió que lo que estaba buscando era un enfoque más holístico de la medicina, ósea un método de tratamiento que no se enfocaba en la enfermedad de la persona, sino en la totalidad de la misma persona.

Entonces, aceptó trabajar en el Royal Homeopathic Hospital en Londres, y pronto se dio cuenta del paralelismo entre el trabajo que había hecho sobre las vacunas y los principios de la homeopatía, investigando en las relaciones entre las bacterias, las toxinas bacteriológicas y las enfermedades crónicas. El  adaptó sus vacunas para producir siete cepos bacteriológicos intestinales y, usando el método homeopático de la dilución y de la dinamización, preparó siete “nosodes” para dispensarlos a sus pacientes. Estos remedios, hoy conocidos como “los siete nosodes de Bach”, son: Bacterius Proteus, Bacterium Dis-senteriae, Bacterius Morgani, Bacterius Faeci Alcalinae, Bacterius Coli Mutabile, Bacterius Gaertener, Bacterius n.7.

Historia de las Flores de Bach

No obstante su fama de patólogo, bacteriólogo y homeópata, la única meta del Dr. Bach era todavía el descubrimiento de remedios puros, una forma sencilla de tratamiento capaz de sustituir los medicamentos científicos complicados que no daban certitud de curación. El llegó a su sistema de curación buscando en la Naturaleza: en las plantas y en los árboles. Empezó a recolectar plantas y en particular las flores – la parte más desarrollada de la planta – con la esperanza de reemplazar los nosodes con una serie de remedios más suaves. Entonces, en 1930 decidió abandonar su vida de medico en Londres para dedicar el resto de su vida a un nuevo sistema de medicina, permitiendo que su intuición le guiara a las plantas correctas. Desde el año 1930 hasta al año 1934 el Dr. Bach de primavera a verano se dedicó a buscar las flores en los campos, probarlas y preparar los remedios. El sufría el estado emocional que necesitaba curar y ensayaba las plantas y flores hasta encontrar la que lo ayudaba. Cada remedio estaba enfocado a un estado mental o anímico específico. Se dio cuenta que al tratar las personalidades y emociones de sus pacientes, sus sufrimientos físicos y mentales se aliviaban de manera natural, al desbloquearse el potencial de curación de sus cuerpos, permitiendo que volviera a funcionar nuevamente.

Desde el 1934 hasta el 1936 el Dr. Bach se mudó con su asistente Nora Weeks en una casa llamada Mount Vernon, en el pueblo Brightwell-cum-Sotwell de Oxfordshire, adonde ahora mismo se encuentra el Centro Bach, una Fundación que continúa la obra de difusión del pensamiento y del sistema del Dr. Bach. Un año antes su fallecimiento en el noviembre 1936, el Dr. Bach completó su sistema, con un número total de 38 remedios.

Filosofía de las Flores de Bach

El sistema de Bach se basa sobre la creencia holística de la unión de Cuerpo, Mente y Alma, y que todos tienen que ser tratado simultáneamente. Entonces, la enfermedad del cuerpo es la enfermedad de la Mente y del Espíritu del individuo; de lo contrario, la enfermedad de la Mente y del Alma va producir la enfermedad del Cuerpo.

Para Bach, la enfermedad del Cuerpo solo es una lucha entre el Alma y la Personalidad del individuo. En su libro “Cúrate a ti mismo” el Dr. Bach habla de la enfermedad como una manifestación de la búsqueda del individuo hacia su crecimiento espiritual y personal. La comprensión de cada individuo de la dirección que su vida tiene que seguir es importante para que sea feliz y para que entonces no se enferme.

Bach quería mantener su sistema sencillo, como la Naturaleza misma. La sencillez era su mote, y él decía que uno debería sentir la necesitad de tomar sus remedios en la misma manera por la cual se toma una hoja del proprio jardín para comerla porque se tiene hambre. En su libro “Cúrate a ti mismo” el da énfasis a la importancia para cada uno de nosotros de que conozca bien el sistema para ser capaz enfrentar nuestros problemas cuando se nos muestran.

Su sistema de auto-curación se basa en el entendimiento de las emociones que nos dan tensión y que tienen un efecto negativo en nuestro sistema. Nosotros somos todos estresados y todos tenemos sentimientos negativos como el miedo, los celos, etc., pero cuando estos sentimientos se hacen insoportables o demasiado intensos y prolongados, pues tenemos que controlarlos, o pueden afectar nuestro sistema inmunitario, y manifestarse como enfermedades, de una simple gripe a una enfermedad más seria o problemática. Pero ¿cómo podemos saber cuál es el remedio o cuáles son los remedios que necesitamos? Nosotros solo debemos tomar el/los remedio/s que corresponden a la/las emoción/es estresantes que estamos viviendo en ese mismo momento, aunque creemos que la causa se debe a otros sentimientos.

Como se preparan las Flores de Bach

El Dr. Edward Bach descubrí que tomando las flores, dejándolas flotar en un cuenco lleno de agua natural a pleno sol para durante tres horas, el agua sería energizada por las flores. Esto lo llamó “el Método del Sol”.

Pero, algunas plantas más leñosas se preparan hirviendo las ramas en flor en una cacerola durante una media hora en agua natural. Esto se llama “el Método de Ebullición”.

En ambos estos métodos, una vez que el calor haya trasferido la energía de las flores al agua, el agua energizada se mezcla con una cantidad igual de brandy. Esta mezcla es la Tintura Madre, que posteriormente se vuelve a diluir en el brandy (en una proporción de dos gotas de tintura madre a 30 ml de brandy) para hacer las botellas que se venden en las tiendas.

El Remedio Rescate

El Remedio Rescate es un remedio compuesto de 5 remedios, para las emergencias: Star of Bethlehem para el choque y la pérdida, Rock Rose para el terror y miedo extremo, Clematis contra el desvanecimiento y sentimientos desconectados, Impatiens para la agitación y Cherry Plum para ayudar la mente a estar controlada. Su meta es el tratamiento de pre y post efectos emocionales. Con esta preparación el Dr. Bach salvó un pescador en el 1930 en Cromer, Inglaterra. El hombre estaba delirando, incapacitado y casi helado, pero el Dr. Bach humedeció repetidamente sus labros con el Remedio Rescate mientras que lo traían a una casa cerca de la playa. A pena llegaron en la casa, el pescador se asentó y pidió fumar un cigarrillo.

La Crema Rescate es una crema que se usa externamente, compuesta de los mismos remedios del Remedio Rescate, más Crab Apple, que es el remedio indicado para las enfermedades de la piel.

Cómo funcionan las Flores de Bach

El sistema de Bach funciona en una manera conocida como “Pelar la cebolla”, y se basa sobre la creencia que nuestro inconsciente es como una cebolla, y las capas son las diferentes emociones que acumulamos durante nuestra vida. Para llegar al corazón de la cebolla – en el más intimo de nosotros – tenemos que pelarla capa por capa. Por ejemplo, si tenemos una experiencia que nos provoca celos y odio, nos tenemos tomar Holly, que después unos días puede revelar otro sentimiento, como piedad de uno mismo por no sentirse amado, que necesitaría Chicory, etc. En el corazón de la cebolla está el ser puro de nosotros.

Tener consciencia de nuestras emociones es importante, porque la función del este sistema es la de hacer comprender más de nosotros, para que nos podemos enfrentar mejor a nuestros sentimientos. La entrevista con el/la consultor/a es una manera para que nuestra consciencia pueda emerger. De hecho, el/la consultor/a usa las técnicas de “counselling” (o consultoría), que ayuda al cliente a ser consciente de sus pensamientos, palabras y sentimientos, para que la curación venga de adentro uno mismo. Entonces, en el sistema de auto-curación de Bach el “counselling” es una manera para prescribir los remedios que irán a curar lo que vemos en el momento de la consultoría. Sin embargo, no hay una explicación científica de cómo funcionan las Flores de Bach. Funcionan como los otros remedios homeopáticos. Lo que podemos decir es que el agua energizada con las plantas se va en la sangre y va ser conectada con el sistema nervoso. Entonces, el sistema inmunitario – que está conectado con el sistema nervoso y el sistema endocrino – va ser reforzado por los remedios. Por ejemplo, si se toman los remedios que necesitamos, seremos menos propensos a la gripe, y eso es una prueba que el sistema inmunitario está reforzado.

Otro efecto de los remedios es que nos van tomar consciencia de nosotros, de cómo somos. Si comprendemos más de nosotros, buscaremos más fácilmente nuestros caminos interiores y entonces seremos guidados hacia la dirección positiva. Como decía el Dr. Bach, cuando la Personalidad propia es una sola cosa con la propia Alma, sin embargo hay no enfermedad.

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Taller hecho el 25 de Abril 2015 en Moliere Petit Studio, Betania, Ciudad de Panamá

Taller de Introducción a Las Flores de Bach

ECHINACEA

Encuentre el equilibrio de cuerpo, mente y emociones!

El Taller está dirigido a toda persona interesada en profundizar en sí mismo, conocerse e introducirse en el mundo de la terapia floral y aprender acerca de la misma

25 Abril 2015 de las 10.00 am a las 12.00

https://www.youtube.com/user/marabeth18pty

 

Il Fiume delle Emozioni (…. e come arginarlo)

Chi non è stato vittima almeno una volta nella vita di un fiume di emozioni che lo ha fatto vacillare, se non lo ha addirittura travolto? E chi, nel tentativo di difendersi dal fiume in piena, ha deciso di smettere di essere se stesso pur di non venirne sommerso?
Ci sono alcune emozioni che ti gratificano, ti fanno sentire bene con te stesso e con la vita che ti circonda. E ci sono anche delle emozioni che possono apparire spiacevoli, ma che tu riesci comunque a fronteggiare e controllare. Ma è solo quando ti imbatti in quei sentimenti che come un fiume in piena ti travolgono e tu cadi, e senti di non avere la forza di rialzarti, di lottare, perché in balìa di quel fiume, di quell’acqua………. è solo quando ti sembra di soffocare sotto la piena del fiume, e che la vita ti stia lasciando…. è solo allora che ti rendi conto di quanto le emozioni facciano parte di te e della tua sopravvivenza!
A volte succede che ti sembra di aver capito tutto della vita e delle emozioni, e cioè la tua funzione nel mondo, il tuo percorso interiore, il significato profondo delle esperienze vissute……… tutto ti sembra chiaro, ti abbandoni e lasci che la vita ti scorra.
Vivi, cercando di assaporare finalmente l’essenza della vita, che altro non è che la felicità innocente di un bambino che gioca, o la spontaneità di un fiore che umilmente si apre alla luce con la confidenza di chi, prostrato nella preghiera, gli pare di intravedere Dio.
Finalmente alzi la testa a guardare il cielo, e ti pare di scorgere le stelle più nascoste, di percepire il giusto tepore del sole e di esserne illuminato per una chiara visione di ciò che ti circonda. Ti pare di poterti aprire fiducioso alla vita e di coglierne, infine, le più tenere sfumature, proprio come quando alla vista di un bel quadro, ti è spontaneo concentrarti per ricercare quei messaggi che sono visibili solo dopo un attento esame della vista, sì, ma anche del cuore.
Ed è col cuore che vuoi ora percepire la tua vita, con quei sentimenti che in passato hai cercato di ignorare pensando che ti avrebbero fuorviato dalle mete che intendevi raggiungere…. ma poi, senza volerlo, quegli stessi sentimenti ti si ripresentano, immancabilmente. Perché non c’è vita senza sentimenti, e tu finalmente, adesso, lo hai capito, e ti rammarichi di averli ignorati per così lungo tempo. Ti rendi ora conto che non puoi guardare a quel quadro che è la vita solo con gli occhi della ragione senza includervi…. la poesia.
Nell’aver riempito di amore, generosità, umiltà questa vita arida e razionale, ora ti rendi conto di quanto sia difficile coniugare i sentimenti con la razionalità e, più di ogni cosa, di quanto sia difficile incontrare altre persone che come te apprezzino i sentimenti, non li ignorano ed anzi sono pronti a riconoscerli ed accoglierli nella loro vita.
Ed ecco allora che arriva un giorno che la vita ti scivola di mano. Ti eri finalmente abbandonato…….. felice di poterti esprimere spontaneamente, di essere capito nel profondo, e di essere ricambiato da chi ti aveva fatto credere di provare i tuoi stessi sentimenti e di volerci convivere, di farne il baluardo della vostra vita in comune. Non avevi inteso – o, forse, non volevi intendere? – che fosse un’illusione, una bolla di sapone che si sarebbe frantumata un bel giorno…. così….. senza un motivo logico, senza un significato apparente….
Come un fiore che appassisce, nonostante venga nutrito, così è finita un’altra storia che tu credevi densa di sentimenti profondi. Ancora una volta la ragione aveva prevalso sui sentimenti, e tu non lo potevi accettare. Ma perché le persone devono simulare i sentimenti e non vogliono viverli?
Le persone vanno ai sentimenti come ci si accosta ad una sorgente d’acqua perché si ha sete, ma poi se ne allontanano. Non si chiedono perché hanno sete né tanto meno se la sorgente d’acqua è pura o contaminata. Seguono l’istinto del momento, non approfondiscono, con il rischio di contaminare quella sorgente d’acqua, che invece è pura.
Ti sentivi ora come quella sorgente d’acqua contaminata che mai più può tornare a godere della purezza di un tempo….. Il sentimento d’amore verso chi, nella sua superficialità, non aveva capito il danno che ti aveva arrecato si era tramutato in odio, ed era con questo sentimento d’amore contaminato che dovevi confrontarti adesso.
Ma come si fa a convivere con un sentimento simile? No, dovevi a tutti i costi scrollarti di dosso quella contaminazione, quella sporcizia che imbrattava la tua esistenza. Volevi ritrovare te stesso, e quei sentimenti puri che il tuo cuore di nuovo nascondeva, pur consapevole del rischio che correvi di poterti ancora imbattere in un’altra esperienza spiacevole….. Dovevi farti coraggio e superare la paura.
Paura, amore, odio, gioia, dolore…….. Quante emozioni fanno parte della vita e di noi stessi! Quanta importanza hanno le emozioni nella vita, e quanto potere esse hanno di sconvolgerla, sia nel bene che nel male…. Ma la soluzione per non essere travolti dal fiume non può essere quella di mascherare la tua personalità, e cioè ignorare i tuoi sentimenti, perché ciò ti porterebbe ad essere infelice.
Ed è allora che cominci finalmente a volerle riconoscere, queste emozioni che ti turbano l’anima. Una ad una le osservi, ti ci confronti, come davanti ad uno specchio. Le accetti, perché fanno parte della tua vita, ma decidi di non esserne più sottomesso, di non permettere più che ti travolgano…. Perché ti hanno fatto troppo soffrire.
Questa vita ti ha insegnato come evitare i problemi pratici legati ai doveri quotidiani, al lavoro……. ma non ti ha insegnato ancora ad essere padrone dei tuoi sentimenti!
Fin dall’antichità l’Uomo si è dovuto scontrare con il problema di come arginare il Fiume delle Emozioni: gli orientali per primi scoprirono che alcune piante avevano un effetto rilassante sulla mente, e che anche la salute del corpo ne traeva dei benefici.
All’inizio del XX sec., in Occidente, un medico e omeopata inglese, il Dr. Edward Bach, nel ricercare un metodo semplice attraverso il quale tutti potessero diventare padroni delle proprie emozioni negative – e perciò allontanare anche le malattie ad esse collegate -, ideò un sistema che, rendendo consapevoli dei propri stati d’animo, avrebbe scongiurato che quel Fiume inondasse le coscienze degli uomini.

Ritornare ad essere se stessi con l’aiuto dei Fiori di Bach: un caso di studio

Descrizione della cliente: S. è una donna di 38 anni. E’ separata dal marito da 10 mesi circa, ed ha due figlie. Durante i 15 anni che è stata sposata ha fatto la casalinga (cosa che non le dispiaceva) fino a 2 anni prima di separarsi, e cioè fino a quando il marito le ha chiesto di lavorare con lui nella sua azienda, senza però essere pagata (tiene a precisare S.). E’ una persona religiosa, molto responsabile. Quando l’ho incontrata la prima volta non lavorava, e considerava la sua famiglia e le sue figlie tutta la sua vita. Ad ogni modo, frequentava da poco un corso di informatica. Le piace fare ginnastica tutte le mattine e va anche in piscina, dando molta importanza alla salute del corpo. La mia prima impressione è stata quella di una persona che prende tutto molto seriamente, rigida nel modo di porsi, come dimostravano anche i lineamenti del viso.

Descrizione delle problematiche: S. ha sofferto di depressione per un anno per via dei molti doveri di moglie e di madre, ma anche a causa del cattivo rapporto che si stava instaurando con il marito. I sintomi erano: stanchezza diffusa, insonnia, mancanza di interesse, giramenti di testa e il “sentirsi isolata”. Comunque, soltanto in coincidenza con la separazione dal marito la depressione era peggiorata tanto da rivolgersi al suo medico curante, che le ha prescritto un anti-depressivo. Ha cominciato col prendere 1 compressa al giorno, scendendo poi a mezza compressa perché si sentiva meglio. Però il giorno in cui ci siamo incontrate la prima volta mi diceva che ancora si sentiva molto ansiosa “di tutto e di tutti”. Di volta in volta ha sofferto anche di colite, e fino a poco prima del nostro incontro le si formavano dei calazi sulle palpebre, di cui si era liberata sottoponendosi a svariate operazioni chirurgiche.

Il colloquio si è concentrato principalmente sulla vita matrimoniale della cliente e sul suo modo di essere: appare una donna forte, ma è anche molto sensibile ed emotiva. Adesso la cliente dice di sentirsi meglio rispetto a quando si è separata dal marito, che sta cominciando a ritornare quella che era prima, ed anche a progettare qualcosa per il futuro.

Spiegazione della scelta delle essenze floreali: Nonostante nel corso del colloquio abbia considerato vari Fiori di Bach, la mia scelta alla fine si è concentrata sui rimedi Rock Water, Chicory e Walnut, di cui ho consigliato una miscela.

Rock Water mi era venuto spesso in mente durante il colloquio a causa del continuo parlare di regole da parte della cliente, regole che a suo parere bisogna seguire nella vita in generale e nella vita matrimoniale in particolare, la quale implica anche dei sacrifici. Infatti, non si sarebbe separata dal marito solo per via delle figlie e dei suoi forti principi religiosi legati al matrimonio. Consideravo la scelta di questo rimedio di Bach necessaria per riequilibrare la sua rigidità, che avrebbe anche potuto ostacolarla nella ri-organizzazione della sua nuova vita.

Chicory mi era venuto in mente già quando S. diceva che ciò che faceva era finalizzato ad attirare su di sé l’attenzione di suo marito e delle sue figlie, che le piaceva essere al centro dell’attenzione e che considerava la famiglia la priorità nella sua vita. Il fatto che dicesse di essere una persona che tende a prendersi cura di tutto e di tutti era solo perché voleva sentirsi al centro dell’attenzione dei membri della sua famiglia, ma voleva che anche la sua famiglia si prendesse cura di lei. La scelta di questo rimedio era dunque dovuta al fatto che desiderava avere affetto dalla sua famiglia, ma doveva imparare a non essere possessiva e a non chiedere, così da poter avere alla fine l’amore che tanto desiderava.

Walnut  invece mi sembrava il rimedio giusto perché da come S. parlava si capiva (e me lo ha confermato) che non si sentiva ancora completamente a suo agio nella sua nuova vita “da separata con due figlie”, sebbene si fosse separata da quasi 10 mesi. Quando poi mi ha detto che l’ex marito pensava che lei volesse ritornare con lui, allora ho pensato che probabilmente era la cliente a dare questa impressione proprio perché non si era ancora calata nel suo nuovo ruolo. Ho considerato che la scelta di questo rimedio le avrebbe facilitato la transizione dalla sua vita di donna sposata a quella “nuova” di donna separata.

Ho discusso la scelta della miscela di rimedi con la cliente, la quale è stata d’accordo, riconoscendo persino i suoi “difetti” nell’essere troppo rigida e possessiva.

Descrizione del percorso floriterapeutico: Mi sono rivista con S. dopo circa un mese dall’assunzione dei rimedi prescritti. Ho subito notato che l’espressione del viso era più rilassata, non rigida come la prima volta che l’ho incontrata, e sorrideva, dando l’impressione di essere a suo agio con se stessa e con l’ambiente che la circondava. Quando le ho chiesto come si sentiva, mi ha risposto che stava bene, che la spossatezza le era passata, e che aveva notato di aver cominciato a provare dei sentimenti, e a prendere gli eventi con uno spirito diverso. Era visibile il suo entusiasmo per la vita – che prima era assente! -, ma S. mi ha detto che si trattava di un entusiasmo equilibrato, che lei riusciva a gestire bene. Quando mi ha poi detto che sentiva di essere tornata nuovamente ad essere se stessa, quella che era sempre stata, allora ho capito che non aveva al momento bisogno di altre prescrizioni, perché aveva ritrovato il suo equilibrio, quindi abbiamo deciso insieme di rivederci solo quando ci fossero stati ulteriori sviluppi.

Dopo circa un mese S. mi chiama al telefono dicendomi che le era venuto un calazio sulla palpebra destra che le dava molto fastidio, ma non voleva sottoporsi ad un ulteriore intervento chirurgico. Fisso subito un appuntamento con lei. Quando la incontro, la trovo bene nel complesso, ma molto infastidita da questo calazio che le “deturpava l’immagine di se stessa”. Indossava gli occhiali da sole anche quando non ce n’era bisogno, perché voleva nascondere agli altri la visione di quel calazio. La palpebra in realtà non era molto gonfia, l’infiammazione era passata, ma si notava una piccola ciste. Quando le ho chiesto come si sentiva – a parte il fastidio causato dal calazio -, e se vi erano state novità nella sua vita, S. mi ha risposto che si sentiva bene nel complesso, e che aveva incontrato l’ex marito una settimana prima, che le aveva chiesto di uscire con lui a cena, e lei aveva accettato. Era stato un incontro “civile”, mi dice. “Lui si è comportato da vero gentiluomo”, hanno parlato del più e del meno. Il giorno dopo però la palpebra destra ha cominciato a gonfiarsi…. S. si sente confusa, non sa che cosa fare, quale strada prendere. Ha paura di ricadere nella depressione. Avrebbe dovuto proseguire sul sentiero tracciato negli ultimi mesi da donna separata, continuare a studiare informatica per un futuro lavoro, oppure cercare di trovare un accordo con l’ex marito per il bene delle figlie? Mi chiede e si chiede: “qual è il mio percorso?”

Abbiamo discusso insieme i Fiori di Bach che intendevo consigliarle, e cioè: Rock Water, che mi sembrava essere il suo rimedio tipologico, Crab Apple, per la sensazione di sporco che le dava il calazio ed il fatto che rifiutava la sua immagine, Mimulus per la paura che aveva di ricadere nella depressione e Wild Oat, perché potesse riuscire a capire quale strada percorrere per sentirsi a suo agio nella vita.

Dopo quattro giorni S. mi chiama per dirmi che dopo due giorni dall’assunzione dei rimedi floreali, il calazio che aveva sulla palpebra destra si era di nuovo gonfiato e che era fuoriuscito il pus. Mi dice che la parte era ancora un po’ arrossata, ma era felice che questa volta il problema si fosse risolto senza ricorrere alla chirurgia. Le chiedo se ci sono state novità nella sua vita: mi dice di no, ma che sente più spesso l’ex marito. Le consiglio quindi di continuare a prendere la miscela di Fiori di Bach e di chiamarmi, se desidera, altrimenti ci diamo già appuntamento per il mese successivo.

Non ho più sentito S. fino al giorno dell’appuntamento. Quando l’ho rivista quasi non la riconoscevo: era più bella, sorridente. Quando le ho chiesto come si sentiva, mi ha risposto che stava bene e, quasi per inciso, che era andata in vacanza per una settimana con l’ex marito….. Mi ha detto che stava bene perché la sua vita era improvvisamente diventata più chiara: lei e l’ex marito avevano deciso di riprovare a vivere insieme, e lei aveva finito di studiare informatica e accettato un lavoro che le avevano proposto. S. si sentiva più forte nel corpo e nello spirito, e più decisa nell’affrontare la vita. Mi ha confidato che da tempo era in cerca di qualcuno che potesse restituirle positività e autostima, ed era felice di aver conosciuto i Fiori di Bach. Ricorda che quando ci siamo incontrate la prima volta, nonostante le medicine per la depressione che prendeva, sentiva il peso delle difficoltà. Adesso, i suoi progetti per il futuro sono “di vedere la vita in un modo più positivo”.

Dr Edward Bach’s explanation of the real cause and cure of disease

Dr. Edward Bach’s “medical-philosophy” is contained in his booklet Heal Thyself, first published in 1931 in Great Britain. In his book, Bach gives great importance to the individual’s spirituality, and being first of all a physician, he relates Body and Spirit, that is disease with the individual’s evolution. According to him, disease is nothing but a conflict between Soul and personality, as to say that we fall ill whenever we don’t go toward the right direction, toward our true evolution, free from social and psychological conditions.

Bach, like Epicurus, was convinced that true disease is the one that hinders happiness. He thought that happiness equals wellness, because he was convinced that a happy man – that is a man whose true Self is not in conflict with his mind – does not suffer of any disease. To confirm the latter, Philip M Chancellor in his book on the Bach’s Remedies, reported case studies in which as soon as the patient was feeling happier, more hopeful and less depressed, his body was responding faster to the remedies, and the patient was healed.

As Dr Edward Bach himself wrote, he hoped that his booklet Heal Thyself  would be “a guide to those who suffer to seek within themselves the real origin of their maladies, so that they may assist themselves in their own healing”. As a matter of fact, loss of one’s individuality (which is the result of our interference with another person) is for Bach one of the main causes of disease, because the meaning of life of each individual is to acquire experience and understanding, in order to single out and then make one’s personal evolution perfect.

Integrating Counselling with Bach’s Remedies – Part II

Within the Bach’s system, counselling is absolutely necessary as a prescribing method, in order to accurately “diagnose” the emotions that are being experienced by the client at the time when he asks for the practitioner’s help. As a matter of fact, there is no mechanic or intuitive process within the Bach’s system.

At the end of the 1960’s Philip M. Chancellor, before publishing his book on the Bach Flower Remedies, asked Nora Weeks – Dr Edward Bach’s closest collaborator – to briefly tell about the method and the procedure that she, together with Victor Bullen and many other Bach practitioners were using when interviewing their clients before prescribing the most suitable remedies for them. She then wrote a letter stating that actually there was no standard list of questions for prescribing the remedies, because each client must be treated individually and differently from any other. She continued by stating that therefore, each individual person had to be addressed to “in a way commesurate with his understanding, his background and his general attitude towards life”. The most important thing was to “put the patient at his ease; to make him feel that you are his friend and that you sincerely want to help him. Make him feel secure in the fact that he can talk with you about himself in absolute confidence. It is only by talking about himself, without reserve, that you will be able to help him by prescribing the correct Remedy for his condition.”

Moreover, Nora Weeks used to remind that a good practitioner – or physician – is also a good listener. “Cultivate this habit and let the patient talk, but be sure to listen attentively!” she used to say. One may start interviewing him by saying for instance: “Since you may not know very much about the Bach Flower Remedies, please tell me first about your physical difficulties, and then I will ask you a few questions about yourself”. In this way, that is by talking about his physical symptoms, the client will reveal a lot about himself, and these are the information that practitioners want to know. The client might say, “all unwittingly, that he is afraid the complaint will worsen (MIMULUS), or that he has lost hope of ever becoming cured (GORSE). He might say ‘I get so impatient or so tense that my work is affected (IMPATIENS)’. Indirectly, a patient might remark that he is really resentful about this or that person or condition (WILLOW).” All these sentences might seem casual, but instead they are of great importance to the practitioners, especially because they are spontaneous. Nora Weeks continues by stressing how important it is the way the client speaks. “How does he talk? Does he talk hurriedly or nervously, or slowly and hesitatingly? Does he speak with great determination, or with the voice of authority; does he whisper with the insecurity of uncertainty and fear?”

Also the client’s facial expression must be studied well, because “it reflects his emotions. Is it an expression of worry, or does he frown or blush? Is his smile genuine, or is it forced to cover some deep sorrow or distress?” The client’s movements need to be observed. “Does he sit calmly, or does he fidget with his hands or feet; does he shift his position restlessly in the chair?”

The rule is therefore to listen quietly and observe attentively the client while he speaks. It is possible to ask questions, but without ever interrupting him while he is talking. One may ask: “How long have you had this trouble? Was there some physical or emotional shock connected with it (STAR OF BETHLEHEM)? Was there a disappointment? Is there still a worry connected with the trouble which weighs upon your mind (WHITE CHESTNUT)?” The age and the general situation of the client must be taken into consideration, “whether he is married, widowed or single, etc.; does he dwell in the past (HONEYSUCKLE)?”

Nora Weeks also reminds that Dr Edward Bach himself used to give advice on how to carry out interviews with clients. He thought one should tell the client to think and concentrate on his positive qualities. According to Nora Weeks, one should always let the client know that he is not alone in this world to have a problem similar to his, and one should sincerely assure him “that his difficulties are only temporary, and that his fears are manifesting because he is developing the great courage which is already within him, for fear, after all, is simply a test of courage.” Moreover, one should tell him that “he does have an understanding and a tolerance of others, that his genuine feeling is only overlaid temporarily by impatience and irritability.” Again, he must be assured that he is not the only one to feel the emotions he is feeling, “and that the very emotions which are the most troublesome to him can be wholly eliminated.”

After having told how an interview of a Bach Flower practitioner should be carried out, Nora Weeks stresses the fact that the client’s interview alone is extremely important in order to help him overcome his problem. Moreover, it also creates a “foundation of confidence” in the practitioner as well as in the Bach Flower Remedies as a healing method. Lastly, Nora Weeks wishes that the client would leave the practitioner’s studio feeling better than when he entered: this is the main rule in the practice.

Carl Rogers’ Counselling and Edward Bach’s Prescribing Method

Counselling is a technique that promotes wellbeing and prevents dis-ease. It was conceived in the 1950’s by American psychotherapist Carl Rogers (1902-1987). Set within humanistic psychology, it highlights the importance of personal evolution, and therefore individuality, and this was just the essence of Dr Edward Bach’s philosophy, the foundation of his therapeutical approach. It was even assumed that Carl Rogers could have been inspired by Edward Bach (who, it is remembered, was born in 1886 and died in 1936), and therefore that Dr. Bach could in a certain way be considered the forerunner of a psychology testing method.

One can surely state that Rogers and Bach had something in common, that is their interest in oriental cultures and philosophies – which probably grew in Rogers after his trip to the eastern countries when he was young, and in Bach after his possible meeting with Krishnamurti. This interest might have brought them both towards a similar way of thinking and approach to life. Nevertheless, common to both Rogers and Bach was the conviction that within the individual there is a positive force that drives him towards evolution and therefore the individual owns within himself those resources needed in order to make him become a better person.

However it is, there are for sure some similarities between Edward Bach’s prescribing method and Carl Rogers’ counselling. In his piece of work “On becoming a person” Carl Rogers has described counselling as a relationship between two persons where the goal of at least one of the two is to promote in the other growth, development, maturity and the attainment of actions that are more suitable and integrated to the other. Moreover, Rogers’ “client-centered-therapy” is similar to Bach’s philosophy in that it highlights respect of each one’s individuality in the conviction that each one is different.

Emotions and Bach Flower Remedies

Dr Bach’s keyword was “simplicity”. He believed that all in Nature is simple and is capable of satisfying our needs – food, water, air, heat. Therefore, Nature itself is capable of providing us the means for our well being.

Bach thus wanted to create a “simple” system, which would use Nature’s own products, and could be at everybody’s disposal. In fact, according to him, Remedies should be taken in the same way as one takes a lettuce leaf in order to satisfy his hunger.

As a matter of fact, Dr Bach chose the Remedies with the intention of reducing the undesirable effects of stress, as they are capable of acting directly on one’s mind – and therefore on one’s emotions – by boosting the immunity system. One could thus state that Bach Flower Remedies are capable of changing distress into eustress. This means that singling out those true emotions that produce stress in an individual is of extreme importance in order to choose the right Remedies, and therefore to heal or prevent disease.

Within Bach’s System, emotional problems can be either “transitory” or “long term”. The former are emotional states that last for a relatively short period of time, whereas the latter are emotional states that are there since a long time – even since years – and no solution has ever been really found (perhaps because one has adapted to circumstances). These negative emotions have, with time, modified one’s personality by accumulating in what is called ” the snowball effect”.

We can ourselves choose the remedies for transitory emotional states by passing into a state that psychologists call metaemotion, that is by trying to face our emotional states, in order to singling them out clearly. But, as said before, when these emotional states have been ignored for a long time, then “layers” of negative emotions are formed which have to be recognised and “discovered” one by one. This process has been associated to the opening up – layer by layer – of an onion: each layer of the onion corresponds to a negative emotion we have to free ourselves of before reaching its core. What can we expect to find in the core of the onion? Sometime, we might discover our “type Remedy”, showing us the main quality of our personality we should work on. Some other time, it could be a traumatic event which was not rightly resolved at the time when it happened. Or else, it could be a small emotion that has overgrown. The only way to know it is to start lifting up the layers of our onion one by one. The way to do it is the following:

  1. choose the remedies needed at the time, for how we feel “now”
  2. take them regularly until we feel they are not working any more
  3. choose the remedies again
  4. stop when the need is felt

This way, the remedies give us the opportunity to learn something about ourselves. It is an enriching process, which teaches us how we are predisposed to respond to stress. If used in the proper way, remedies can give us insights about who we really are. Anyway, it should be pointed out that should we take remedies we don’t need, they would not interfere with the appropriate ones, becoming passive.

Sometimes it is difficult to “understand oneself”, especially if one is not used to listen to the body’s – and therefore the mind’s – messages, therefore the help of a practitioner is needed, someone who may understand our true emotional states in order to choose the right remedies.

Remembering Edward Bach

Edward Bach’s personality, as it is revealed through the few writings he left us, is characterised by a great “simplicity”, which has been a peculiarity throughout his whole life.

We could describe Dr. Bach as a man in search of harmony, both within himself and in the outer world. He believed harmony and beauty were one, therefore, how could he not notice the beauties of Creation, of Nature, with its plants…. and its flowers?

And for sure he was also a lover of perfection, like the one he was noticing in Nature’s simplicity…. that is, he used to love perfection, of course, but he would never forget his own limits, his being a man, earthly, and therefore imperfect.

He himself was convinced that Nature is God’s creation and, humble as he was, he either could not nor he would not ever even think of creating something as perfect as His Creation. But he loved to observe Nature, as well as he used to enjoy being part of that… Divine Nature.

His spirituality was so intense that he was convinced that Creation of all things could never exist without Spirit or “Soul”, as he loved to call it. And therefore, so simply, in his life Spirituality and Materiality were following one another, beating the time of his existence.

It is in this balance between Matter and Spirit that lies the true essence of Bach’s thought, as well as the direction taken by his medical researches. Matter and Spirit are in fact two aspects of our human nature, linked by another element, that is Mind. When body, Mind and Spirit are in harmony, then we can truly state to be part of the beauties of Creation, to be able to observe and love this world, enjoying being part of it. Therefore the importance of our Mind.

Another feature of Bach’s personality – which has conditioned his life both as a man and as a physician – was compassion for all human beings. Compassion was part of the spiritual aspect of Bach as a man, and it has been an important feature, that made him not only pursue his researches without caring about the opinions of the medical milieu of the time, but also take care night and day of those suffering “souls” who needed help, whom he wanted to heal not only in body but also in mind. It is narrated that Bach understood and “felt” this truth for the first time when he was a young boy and observed that those who were working in his father’s foundry and who were suffering of some physical illness were also disturbed in their mind because of worries of a material nature, or only because they were unsatisfied by their work. Later on, when he was a physician, Bach went on noticing how important it was for his patients to live without anxieties and worries, in order to be in harmony with themselves and therefore enjoy good health.

In a healthy body, mind had therefore to find a balance with Emotions and Spirit, that are cherished therein. This was the meaning of harmony and beauty for Bach. But as true harmony and true beauty could be found only in Nature, it was in Nature that the method had to be searched for, which could help regain them when lost.

In ricordo di Edward Bach (un tributo nel giorno dell’anniversario della sua nascita)

La personalità di Edward Bach così come ci viene svelata dai pochi scritti che ci ha lasciato è caratterizzata da una grande “semplicità”, di cui ha intriso tutta la sua vita.

Si potrebbe descrivere il Dr. Bach come un uomo desideroso di armonia, dentro e fuori di sé. Armonia e bellezza erano per lui una cosa sola, e perciò, come poteva non accorgersi delle meraviglie del creato, della Natura, con le sue piante…. ed i suoi fiori?

Ed era sicuramente anche amante della perfezione il Dr. Bach, come quella che riscontrava, appunto, nella semplicità della Natura…….. cioè, egli sì amava la perfezione, ma senza mai dimenticarsi dei suoi limiti, rimanendo sempre in contatto con il suo essere uomo, terreno, e quindi imperfetto.

Lui stesso era intimamente convinto che la Natura è opera di Dio e, nella sua umiltà, non avrebbe mai potuto né voluto neanche avvicinarsi all’idea di eguagliare la Sua Opera, così perfetta. Ma gli piaceva osservarla, e compiacersi di fare parte di quella Natura…. Divina.

La sua spiritualità era profonda: era convinto che la Creazione di tutte le cose non avrebbe potuto esistere senza Spirito, o “Anima”, come amava definirlo lui. E così, semplicemente, Spiritualità e Materialità si susseguivano nella sua vita, scandendo il ritmo della sua esistenza.

Ed è proprio in questo equilibrio fra Materia e Spirito che sta la vera essenza del pensiero di Bach e l’orientamento che presero le sue ricerche di medico. Materia e Spirito sono infatti due aspetti della nostra natura umana, uniti fra loro da un altro elemento, e cioè la Mente. Quando Corpo, Mente e Spirito sono in armonia, allora possiamo veramente dire di far parte delle meraviglie di questo Creato, di essere in grado di osservare ed amare questo mondo compiacendoci di farne parte. Da qui l’importanza della nostra Mente.

La compassione per tutti gli esseri viventi è un altro tratto della personalità di Bach che ha condizionato la sua vita di uomo e di medico. La compassione faceva parte dell’aspetto spirituale dell’uomo Bach, ed è stato un fattore importante, che lo ha portato non solo a proseguire nelle sue ricerche, senza curarsi delle opinioni che giravano nell’ambiente medico del tempo, ma anche ad occuparsi giorno e notte di quelle “anime” che soffrivano, che avevano bisogno di aiuto, e che lui voleva guarire non solo nel corpo ma anche nella mente. Si racconta che Bach per la prima volta arrivò a concepire e a “sentire” questa verità quando, ancora giovinetto, osservava che coloro che lavoravano nella fonderia del padre e soffrivano di qualche male fisico erano anche disturbati nella mente da preoccupazioni di ordine materiale, oppure soltanto dal fatto che facevano un lavoro insoddisfacente. Più tardi, durante la sua professione di medico, continuò a notare quanto fosse importante per i suoi pazienti vivere senza ansie e preoccupazioni, per poter essere in armonia con se stessi e quindi godere di buona salute fisica.

In un corpo sano, la mente doveva quindi trovare un equilibrio con le Emozioni e lo Spirito che vi albergano. Questo era il significato di armonia e bellezza per Bach. Ma poiché la vera armonia e la vera bellezza non potevano che essere trovate nella Natura, era nella Natura che bisognava ricercare il metodo che potesse aiutare l’uomo a riacquistarle quando esse venivano meno.

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